Si los seres humanos dejaran las cosas como están, todo lo que surge de las aguas en la Naturaleza sería completamente cubierto de plantas arbóreas y herbáceas.

La energía del sol recogida por las hojas y devuelta en el humus de la tierra y los frutos bastaría para asegurar la prosperidad de todo ser vivo. Desgraciadamente, la la realidad es lo contrario Se destruye hasta la última brizna de hierba silvestre y se talan hasta los últimos árboles para obtener efímeros beneficios individuales.

Cultivo "elemental rinde homenaje a esta propia definición señalando el camino hacia preservar la vegetación salvaje en las prácticas agrícolas.

A quienes deseen saber más sobre el "no método", les recomiendo que lean el texto introductorio sobre el cultivo elemental.

El suelo como organismo vivo

En el huerto se cultivan plantas herbáceas, por lo que la atención se centra principalmente en la coexistencia entre las hierbas naturales y las variedades introducidas intencionadamente. Sin las hierbas elegidas por la Naturaleza, no hay formación de humus Como mucho, puede conseguirse con dificultad una buena tierra para macetas.

Todo comienza con la fotosíntesis clorofílica El rayo del Sol acaricia los cloroplastos, los órganos de las partes verdes de las plantas, y luego es asimilado y transformado en materia tangible, utilizable por la vida en la Tierra.

Después de nutrir la vida superficial, el excedente de energía absorbida y transformada en materia no debe dispersarse, sino al pasar por las raíces fluye hacia el suelo El enjambre incesante de esta multiforme población subterránea hace que el suelo qué es: un organismo vivo capaz de respirar, beber, alimentarse, digerir, pulsar, adaptable a las condiciones siempre cambiantes.

La naturaleza actúa a través de las plantas silvestres

La hierba elegida por el agricultor para el abono verde no es la adecuada, no podemos sustituirnos por la capacidad de elección que opera la Naturaleza con una atención meticulosa e infalible a la especificidad de cada lugar.

Cientos de variedades de hierbas silvestres seleccionadas por la Naturaleza - sin interferencia humana- satisfacer las necesidades de miles de millones de seres vivos subterráneos, cada uno de ellos esencial para alcanzar una fertilidad a la que no podemos aspirar con nuestros miserables medios. Los exudados radicales son una bendición del cielo, a disposición de la tierra. Todos la disfrutan, incluso las plantas cultivadas.

La cooperación en la Naturaleza implica a todos los seres y llega a crear una red micorrícica subterránea de comunicación para compartir en la gran comunidad la riqueza aportada por cada individuo. Este equilibrio entre colonias de seres vivos es el verdadero guardián de la salud de las plantas cultivadas La presencia de la hierba silvestre en cultivo crea las condiciones ideales para que el alimento que brota a la superficie mejore a todos, también en la comunidad humana .

Artículo de Gian Carlo Cappello