A menudo hablamos de cómo combatir los insectos y las enfermedades que pueden atacar a nuestras plantas de huerta, utilizando tratamientos de origen más o menos natural. En Orto Da Coltivare también tenemos una amplia sección dedicada a la defensa contra plagas y patógenos utilizando métodos permitidos por la agricultura ecológica.

Sin embargo, aquí presento un punto de vista completamente diferente, el de Gian Carlo Cappello y su "no-método" de cultivo elemental. En efecto, Gian Carlo rechaza el planteamiento habitual de contrastar la adversidad, definiendo nuestra capacidad para resolver problemas como extemporánea. Puedes leer sobre su visión aquí, mientras que a los curiosos les recomiendo empezar por la introducción al jardín elemental.

El cultivo elemental de Gian Carlo Cappello Recomiendo profundizar en el (no)método de Gian Carlo Cappello leyendo todos los artículos sobre el jardín elemental.

Pertenencia a procesos naturales

Analizar e intentar resolver los problemas del cultivo según los parámetros de la ciencia, la tecnología y la racionalidad materialista ha demostrado ser insuficiencia .

A pesar de esta realidad evidente que nos conduce a la etapa final de la decadencia humana, para las multitudes el cambio de mentalidad es lento y difícil.

Los perjuicios de la producción cuantitativa

Criar animales, trabajar la tierra, esparcir fertilizantes, administrar sustancias tóxicas contra las hierbas silvestres y otras formas de vida naturales ha provocado una aumento cuantitativo de la producción agrícola, con un desplome de la calidad de los productos .

Los destinatarios de esas mercancías tóxicas somos nosotros, hombres y mujeres aquejados de problemas de salud que ya son endémicos, hoy como en los tiempos de la plaga del cólera. Frente a las cantidades, el beneficio económico de los grandes grupos agroindustriales y de la gran distribución nunca ha sido mayor. La complicidad legislativa del Poder está garantizada por dos razones: la corrupción y la gobernabilidadde una raza humana debilitada desde la infancia por la mala alimentación.

Para distraernos de nuestra toma de conciencia, los medios de comunicación nos dicen lo que quiere el poder económico y, por tanto, político: que la ciencia resolverá los problemas que ha causado. La palabra clave para abrir las puertas de la conciencia es: alienación .

Volver a los procesos de la naturaleza

La naturaleza tiene procesos opuestos a los de la agricultura dar lugar a la germinación de la semilla hasta la aparición del fruto en las plantas. Si tenemos en cuenta que un tercio de la producción agrícola acaba en la basura, podemos comprender la utilidad (para nosotros, los destinatarios) de disminuir la producción en favor de la calidad: de la agricultura convencional al cultivo elemental.

No hay más realidad que los procesos naturales Todo lo demás es, en efecto, alienación. Salir de la irrealidad del sistema capitalista es la respuesta (y no sólo para la producción de nuestra comida diaria). Para volver a tomar nuestras vidas en nuestras manos, debemos volver a ser lo que realmente somos: seres naturales a gusto sólo en los tiempos y modos de la Naturaleza.

Detener el retumbar de nuestra mente no es fácil en una sociedad donde los estímulos son demasiados y todos angustiosos, en ambientes ruidosos y sin horizonte, donde el aire, el agua y los alimentos envenenan nuestros cuerpos y tensan nuestros espíritus, entre personas también mal dispuestas e individualizadas por la búsqueda del dinero... Así que hará falta mucha firmeza y conciencia para entrar enuna nueva perspectiva existencial.

El momento de crecimiento al alcance de todos es cuando entramos en el jardín incluso un pequeño huerto de unas decenas de metros cuadrados. Una respiración profunda, la anulación de toda cognición y el movimiento de las manos según un conocimiento genético que pertenece a todos los animales. Los plantones y las semillas pronto se encontrarán ordenados por nuestro trabajo, cada uno donde y como debe estar, las cestas se llenarán y esto será para cada uno de nosotros un momento irreversible de crecimiento.

Para el Sistema el principio del fin, para la humanidad una esperanza de renacimiento

Artículo de Gian Carlo Cappello