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Hasta hace unas décadas, nuestro paisaje estaba lleno de setos que dividían los campos cultivados. A menudo eran una línea divisoria entre una propiedad y otra, pero no sólo eso: el seto tiene muchas funciones ecológicas que ayudan al éxito de nuestros cultivos.
El uso de setos alrededor del huerto o campo de cultivo es una práctica que ha caído en desuso, en parte para facilitar la acción de los medios mecánicos, y en parte para mantener bajo control la fauna y microfauna de nuestro campo. Sin embargo, quienes quieran hacer agricultura ecológica deben saber que éstas no son ventajas reales.
Ver también: Caqui: cómo cultivar en el huerto o jardínLa biodiversidad del entorno de cultivo es muy importante para crear un ecosistema sano y estable, menos propenso a enfermedades y plagas; el seto es muy importante en este sentido.
Por lo general, un buen seto se compone de especies arbustivas o arbóreas que tienen la característica de ser plantas "resistentes", es decir, resistentes a temperaturas muy altas o muy bajas y capaces de soportar bien los cortes. Se prefieren las plantas de hoja perenne, pero también pueden ser de hoja caduca.
Cubrir todo el perímetro de un campo con un seto puede costar una cantidad considerable de dinero, sobre todo si pensamos trasplantar arbustos ya grandes comprados en el vivero. Como veremos, el seto natural es una alternativa que puede abaratar costes y reducir la mano de obra.
Ventajas de un seto para huerto
Como ya se ha mencionado, el seto tiene una importante función ecológica al permitir la biodiversidad en el entorno, pero también tiene otros méritos importantes; no es simplemente una demarcación de límites o un vallado.
- Acción cortavientos y mejora del microclima Gracias al follaje de los arbustos, se limita la acción mecánica del viento, se crea cierta sombra para las plantas adyacentes al seto y, si disponemos las plantas de forma adecuada, esto puede ayudar. Evidentemente, cuanto menor sea la superficie cultivada, más influirá la presencia del seto.
- Protección frente a agentes externos En algunas situaciones, el seto puede interceptar los contaminantes que se desplazan con el viento.
- Protección contra la erosión (Las raíces de los arbustos tienen una gran capacidad para estabilizar los suelos, sobre todo si se colocan en la base de una pendiente serán eficaces contra la erosión.
- Reserva de biodiversidad Cuántas veces hemos dicho que la diversidad es un gran recurso para nuestros cultivos y aporta estabilidad al sistema. En esto, el seto es un factor extremadamente positivo: es un entorno que alberga muchos seres vivos de todo tipo: insectos útiles, arañas, pero también reptiles y pájaros que anidan allí. También puede atraer polinizadores con sus floraciones.
- Producción También podemos pensar en un seto que también sea productivo y pueda dar frutos. Por ejemplo, las zarzas de zarzamora, las bayas de saúco, las grosellas, los arándanos o las avellanas. O podemos pensar en setos aromáticos, como el laurel, el romero o la lavanda.
Construir un seto natural
Hacer un seto comprando plantones en un vivero puede resultar caro, pero todas las ventajas de un seto también se pueden obtener sin coste alguno, simplemente dejando que la naturaleza siga su curso y creando un seto natural. Los setos naturales están formados por plantas que han brotado espontáneamente en ese lugar concreto. Lo único que tenemos que hacer es tener cuidado de no segar el perímetro de nuestro huerto ode nuestro campo cultivado y observar cómo se comporta la vegetación.
La primera fase será la hierba alta Las especies que ya están presentes empezarán a crecer a lo largo de la temporada, sobre todo las gramíneas. Si la presencia de gramíneas es demasiado persistente, pueden asfixiar la superficie, sofocando a las demás plantas. En este caso, cuando llegue el otoño, podemos rastrillar el perímetro de hierba alta para arrancar la hierba seca.
En cualquier caso, en la primavera siguiente se pueden observar las primeras plántulas de árboles y arbustos que crecen espontáneamente a partir de semillas. Algunas semillas habrán llegado con el viento, otras las habrán traído los pájaros y otros animales. También podemos sembrar semillas nosotros mismos procurándonos semillas de plantas de seto, a ser posible autóctonas.
Ver también: El tomate ha dejado de dar frutosLlegados a este punto, debemos empezar a seleccionar las plantas más adecuadas para el fin perseguido. Debemos ralear el seto eliminando los arbustos que estén demasiado juntos, tal vez trasplantándolos donde haya huecos. Debemos eliminar las plantas de porte arbóreo y crecimiento demasiado rápido, como el álamo y la acacia.
Dependiendo de la zona geográfica habrá muchas especies silvestres que se darán bien, por ejemplo en el norte de Italia se pueden encontrar fácilmente: aligustre, carpe blanco y negro, saúco, cornejo, cornejo, rosa, madreselva, espino blanco, avellano, etc. Algunas de estas plantas también nos pueden dar frutos, con una perspectiva de bosque alimentario de permacultura, en la que damos más funciones útiles a los elementos quepresentamos.
Un ejemplo interesante es la zarza silvestre: aunque molesta por ser muy invasora y por sus espinas, proporciona un hábitat muy denso y por tanto útil para diversas especies animales, además de producir, por supuesto, excelentes moras.
Quienes tengan campos muy extensos podrían incluso plantearse restaurar pequeñas arboledas en los bordes de los campos utilizando el mismo método; cuanto mayor sea la superficie arbolada, mayores serán los beneficios para el cultivo. Aunque es cierto que la superficie cultivada disminuirá algo, el medio ambiente en general lo agradecerá.
Artículo escrito por Giorgio Avanzo.